PRESENTACIÓN


Sabía hace tiempo que en algún momento escribiría una novela sobre la fuga de San Cristóbal, pero ignoraba qué clase de novela iba a ser, cómo habría de enfocar la narración ni quiénes serían sus protagonistas. Tal vez lo propio habría sido escoger a uno de los presos cuyos testimonios, por fortuna, nos han llegado, y basar el relato en su peripecia vital. Sin embargo, tal opción me planteaba un inconveniente fundamental: por el penal pasaron miles de reclusos y habría sido injusto rescatar la memoria de uno solo de ellos, cuando entre aquellos muros se vivieron miles de historias, tantas como hombres fueron condenados de manera injusta y vieron truncadas sus vidas en plena juventud. 
Sus familias vivieron con ellos el drama y la separación desde fuera, y el dolor alcanzó a millares de madres y padres, esposas, hijos, hermanos y amigos. 
Por ello son Joaquín y Ana María, protagonistas de ficción, quienes reúnen en el recorrido narrativo de estas seiscientas páginas pinceladas de muchos de ellos, tras la escucha y la lectura de decenas de testimonios que nos han llegado gracias a la iniciativa y el esfuerzo de personas de cuyo trabajo he bebido, a tragos, a la hora de documentar esta novela. 

Joaquín, joven estudiante de Derecho en Madrid en 1936, regresa a su Puente Real natal ante los rumores de asonada militar que circulan por la capital. Lo hace decidido a pedirle compromiso, de una vez por todas, a Ana María, amiga desde la infancia, algo que sucede en vísperas del 18 de julio. Al intercambiar sus anillos, felices, ninguno sospecha el drama que el destino les tiene reservado y que se abatirá sobre sus vidas de manera inexorable tan solo unos días después. 

La novela nos conduce a través de los frenéticos vaivenes provocados por la guerra en sus vidas. Somos testigos de la desesperada lucha de la joven contra los elementos, que se conjuran para separarlos; asistimos a la desesperación que ello provoca en Joaquín, que le llevará a tomar decisiones que marcarán el resto de sus días, tras protagonizar el mayor acto de amor y sacrificio que un hombre puede llevar a cabo.

Perderemos la pista a los protagonistas en 1942, para recuperar sus historias en un epílogo que se desarrolla en 2010, y que revelará al lector todo lo que precisa saber para cerrar el círculo de la peripecia vital de ambos personajes.